La conexión Wi-Fi deficiente, pero la comida es espectacular y el trato excepcional

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Comida deliciosa
Trato excepcional
Ubicación tranquila

Servicio lento
Falta de mantenimiento
Espacio de desayuno reducido

El personal del hotel es increíblemente acogedor, Vicente y su equipo te hacen sentir como en casa desde el primer momento. La comida es un verdadero deleite. cada plato está preparado con cariño, y el servicio es personalizado, siempre atentos a tus preferencias. Además, el ambiente es muy tranquilo, ideal para relajarte y desconectar de la rutina diaria.

Sin embargo, las instalaciones del desayuno podrían beneficiarse de más asientos para aquellos que madrugan.

El trato del personal fue excepcional, sobre todo de Vicente. Sin embargo, el servicio del restaurante fue lento.

Hospitalidad sin igual en Peñausende

Al llegar, nos recibió Vicente con una sonrisa que iluminó nuestro día. La comida del restaurante fue deliciosa. el chef hizo maravillas con cada plato, adaptándose a nuestras preferencias. Apreciamos la tranquilidad del lugar, ideal para desconectar.

Sin embargo, noté que la habitación necesitaba un poco de mantenimiento. La cerradura de la puerta estaba algo deteriorada, lo que me dio un poco de inseguridad. A veces, el desayuno podría ser más abundante.

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La habitación no estaba cuidada, el baño olía a alcantarilla y la cerradura estaba medio rota. La relación calidad-precio es desproporcionada, 81€ no reembolsable por una noche es excesivo. Debe mejorar el mantenimiento!!!

El lugar es ideal para desconectar, especialmente cuando estás con mamá y los niños. La habitación era amplia y teníamos una hermosa terraza donde los pequeños podían jugar. La comida casera fue un verdadero acierto, cada plato era un manjar.

Mi mujer dice que habría sido genial contar con más opciones de actividades para los niños.

Comida excelente, trato familiar.

El entorno de Peñausende es precioso, y el trato del personal es excepcional, haciéndote sentir como en casa. La comida es un auténtico manjar, destacando los garbanzos con boletus y el solomillo. Sin embargo, el servicio puede ser algo lento. Ideal para desconectar y disfrutar.

Recomiendo para disfrutar de tranquilidad

Llegamos y Vicente nos recibió como si fueramos parte de la familia. La cena fue increíble, comí un plato con garbanzos que no creía que pudiera existir, y me quedé con ganas de más. La habitación tenía una terraza impresionante donde te puedes sentar y contemplar el atardecer, simplemente un espectáculo.

No fue barato, pero aún así vale la pena.

La habitación era muy cómoda y estaba limpia. La cama era espaciosa, ideal para descansar después de un día largo. Lo único que no me gustó fue que el baño parecía un poco antiguo y podría usar algo de mantenimiento. Pero en general, la experiencia fue positiva.

El personal es excepcionalmente acogedor, te hacen sentir como en casa. La comida es deliciosa, especialmente los platos preparados por Vicente, que son un festín para los sentidos. El ambiente es tranquilo y perfecto para relajarse.

El servicio del restaurante a veces fue un poco lento.